El belén es una tradición muy arragiada en la parroquia desde sus inicios. En otoño, cuando aún la Navidad es una referencia lejana, los belenistas comienzan la reflexión para ver el mensaje a transmitir y la forma de plasmarlo con su sabiduría artística.
Comienza, entonces, el trabajo del artesano que combina tiempos, destrezas, oración y amistad compartida durante ocho semanas antes de ofrecernos su regalo con motivo de la festividad de la Inmaculada.